Es que puede asustarme tanto la fatalidad con la que las cosas terminan…
Los vidrios que se quiebran, los ríos que se secan, los techos que se caen, las personas envejecen, las hojas de los libros se decoloran, las peceras se llenan de sarro, las ramas se secan, los ojos se opacan, los pavimentos se cuartean… nada es para siempre!
Los gritos mueren, las palabras mueren, los sentimientos terminan, las lágrimas se secan, los recuerdos envejecen, las pilas se acaban, la primavera pasa, la niñez no es eterna, los momentos mueren… nada es para siempre!
Por qué no puedo entender que mientras todo sea efímero pierdo el tiempo lamentando su muerte… pierdo el tiempo lamentando los términos, pierdo el tiempo mientras pienso y me detengo, pierdo el tiempo mientras no vivo, pierdo el tiempo si pienso en respirar, pierdo el tiempo si pienso en vivir y no vivo.
Sé que nada es para siempre, sé que este momento está muriendo otra vez, sé que no lo he de detener, sé que sólo lo puedo vivir, sé que el pasado murió, y todo acaba en cualquier momento!
No puedo evitar que las canas salgan, no puedo evitar que las hojas de los árboles caigan, tampoco las he de pegar, no podré evitar que los gritos salgan, para que nunca mueran, no podré detener que los vidrios se dividan en añicos, tampoco podré mantener la niñez en nadie, ni mucho menos quitaré las pilas a todos los relojes…
Sé que entre más me aferre a detenerlo todo, morirá aún más rápido…
Sólo puedo aceptar la idea catastrófica que todo ha nacido para morir, sólo puedo entender que el fin es parte de la historia y los finales pueden también ser grandes, así como se puede disfrutar el tronar de un vidrio!