jueves, 7 de junio de 2012

Provoca, me provoca.


El exterior: productor de acidez dentro de mí,
el exterior : intenso que provoca, que me provoca,
 el exterior:  inmenso,
 el exterior: caos,
el exterior: ruido,
el exterior: saturado,
el exterior: inconforme,
el exterior: aglomerado,
que provoca, me provoca,
el exterior: enervante,
el exterior: calmado,
el exterior: explosivo,
que provoca, me provoca.
El interior: sórdido,
el interior: imaginado,
el interior: soñado,
el interior: desapegado.
El exterior: un mar desatado,
el interior: la calma del mar.

martes, 27 de septiembre de 2011

Hoy he visto hermosas imágenes de un hombre volando en una bicicleta, lo he visto hacer piruetas en las nubes, cómo me parecía aquel hombre un pájaro… me ha dado risa…

Se ha probado que los seres humanos no volamos, se ha hablado del vuelo como algo solo metafórico, algo irreal… y de pronto aparece la imagen de este hombre, que sin tener que debatir contra alguien sobre lo real o irreal, lo posible o lo imposible, pudiendo saber de leyes físicas o tal vez no, mostrando con sus otras fotos que no es más que un aficionado a las bicis que le gusta beber cerveza, y con ésta su gran habilidad ha demostrado que puede volar…

miércoles, 10 de agosto de 2011

Un extraño juego.

En la ciudad de las distancias el tiempo no apremia, la vejez llega cuando ha de llegar, no por ser más grande se ha de conocerlo todo, el ser parte de una muchedumbre me hace pensar en lo diminuto que se puede ser.

Visito la ciudad de las distancias y noto aún más que si alguien vuela en esta vida, si alguien puede recorrerlo todo, si alguien puede acabarlo todo, ese será siempre el tiempo, ese será siempre el transcurrir del movimiento sobre lo estático. Las personas estaremos siempre atoradas en el espacio, mientras que el simple transcurrir del tiempo sacude a cada uno.

En la ciudad de las distancias descubro que todo puede pasar más rápido, el tiempo hace un juego diferente, el tiempo olvida la aburrición y hace creer a todos que podrán alcanzarle, hace creer que un día alguien podrá andar en su paso; y en el momento menos pensado muestra que es él quien siempre ha de ganar.

He visitado este lugar de las distancias, he jugado con el tiempo y con la muerte. Me he encontrado la cara del miedo vagando por las calles, he visto el terror en una misma persona, he encontrado a la mujer de las pesadillas; la he escuchado hablar y la he mirado a los ojos; sus labios se desbarataban al pronunciar extrañas palabras; me ha mostrado su juguete más querido.

He descubierto como el miedo puede paralizar al tiempo, he descubierto este extraño juego.

Veamos juntos por la ventana y olvidaremos que estamos dentro.














Pasamos días y días con esos seres a quienes amamos, estamos tan cerca y a la vez tan lejos, ni el compartir un techo nos permite conocernos... compartimos casa, nuestra sangre; hemos partido de un mismo sitio, hemos habitado la misma casa, con algunos hasta el mismo vientre... pero nada de esto ha permitido que nos conozcamos, nada de esto ha permitido que nos abracemos cuando mucho lo hemos necesitado...

Hemos cometido el error de que cualquier extraño atraviese los lazos frágiles que nos han unido, nos ha faltado valor para defendernos como parte de "los nuestros", nos ha faltado coraje para luchar contra los monstruos de la vida, nos ha faltado cruzar las miradas y reconocernos con aquellos rasgos de identidad.

Hemos tenido miedo a cruzar nuestras miradas porque hay temor a vernos a nosotros mismos, hay temor a ver nuestro interior, sacar todas aquellas cosas que hay en nuestra casa; los recuerdos de las fotos, los juguetes de las cajas, la ropa vieja, y cada uno de los objetos que han significado algo, que han sido usados y quedados en el olvido.

Pareciera que preferimos olvidar, preferimos ver hacia afuera, siempre por la ventana, nunca a los ojos.



miércoles, 27 de julio de 2011

Amor

Por fin sé qué es amor...








Amor es el asteroide número 1221. Fue descubierto por el astrónomo Eugene Joseph Delporte desde el observatorio de Uccle(Bélgica), el 12 de marzo de 1932. Tiene un diámetro de solo un kilómetro y da nombre al grupo de los asteroides Amor, que se acercan bastante a la órbita de la Tierra sin atravesarla. Su designación alternativa es 1932 EA1.

lunes, 27 de junio de 2011

Diario de Golondrina. De Amélie Nothomb.

Nos despertamos en medio de la oscuridad, sin saber nada de lo que sabíamos. ¿Dónde estamos, qué ocurre? Por un momento, no recordamos nada. Ignoramos si somos niños o adultos, hombres o mujeres, culpables o inocentes. ¿Estas tinieblas son las de la noche anterior o las de un calabozo?
Con más agudeza aún, ya que se trata del único equipaje que tenemos, sabemos lo siguiente: estamos vivos. ¿En qué consiste la vida en esta fracción de segundo durante la cual tenemos el raro privilegio de carecer de identidad?
En esto: tener miedo.
No obstante, no existe mayor libertad que esta breve amnesia del despertar. Somos el bebé que conoce el lenguaje. Con una palabra podemos expresar este innombrable descubrimiento del propio nacimiento: nos sentimos propulsados hacia el terror de lo vivo.

miércoles, 22 de junio de 2011

Sobre el muro.

Estar en la frontera es saber que el espacio que te rodea no lo es todo,

en la frontera no ves solo tu casa, solo tu familia y tus amigos, la frontera no es solo tu entorno;

la frontera es poder ver lo que hay detrás de todo ello,

es saber que hay un mundo desconocido a la vuelta de la esquina donde todo pasa,

y todo puedes encontrar, desde las cosas más maravillosas donde nacen los sueños,

hasta las cosas más terribles, lo casi inimaginable.

La frontera es siempre el límite, es saber que después de allí nada es igual,

es saber que estás con vida, pero que tal vez allí en esa esquina está la muerte.

El límite es saber no que se ha llegado a una barrera,

sino saber que hay un mundo donde se cree que está el final.

La frontera es el lugar donde muchos deciden volar,

algunas aves lo logran, otras mueren en el intento,

algunas pasan una y otra vez la línea de muerte,

mientras otras se quedan viendo el muro que es tan alto,

y pueden ver solamente las aves que caen del intento.

Conocer el límite es saber que no hay límites,

saber que el vértigo no es más que signo de estar en el vuelo.