viernes, 24 de diciembre de 2010

Tortuga

Salí de mi caparazón confiada,
vi mucha luz afuera,
vi a muchos observándome,
no sé cuanto tiempo pasó, que estuve allí dentro,
me sentía tan protegida,
me sentía tan segura,
estuve inmersa en mis pensamientos,
como un bebé en el vientre materno,
recibía todo lo que necesitaba para subsistir...

Hasta que decidí salir,
decidí ver que hay afuera,
y no ha sido lo más grato,
hay gritos, hay llantos,
hay personas con bocas y sin oídos
he visto miedos,
he visto angustias,
he visto tristezas...
y lo he sentido también.

Unos corren y chocan con las paredes,
otros están pegados con cintas, inmóviles,
con la mirada fija en el punto perdido.

Dentro de mi caparazón, solo sentía el agua,
sólo se escuchaba la música suave,
la música que existe sólo bajo el agua,
pero aquí afuera, nadie puede escuchar esa música,
hay mucho ruido,
nadie comprende nada.

Nadie comprende que las personas dejan de respirar
porque no saben de la existencia de ese lugar bajo el agua.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La casa se está cayendo en pedazos.

Anduve por la vida resbalándome a todo...
nada que no te sacuda te hace cambiar el rumbo...
se puede caminar por lo plano, y si no hay tropiezos, puede que no haya caídas...
se pueden avanzar muchos kilómetros... mucho tiempo...

Cuando el camino es plano, puede hacerse árido, puede hacerse aburrido,
siempre igual, siempre caminar en línea recta...
Se puede ver como cambia el paisaje,
como cambia el clima,
se puede observar a la gente pasar,
se puede ver como unos brincan y otros caen,
unos llegan y otros se van...

De pronto resulta cansado...
resulta terrible,
se vuelve monótono,
se vuelve angustiante!

Es momento de cambiar el rumbo...
muchos han pasado al rededor,
han hecho y deshecho.
He observado mucho ya,
es tiempo de hacer, es tiempo de ir hacia alguna parte,
y no sé hacia donde...

Me convierto en garrapata y me aferro a todo...
me aferro a la pared que se desmorona,
me aferro a la planta que se seca,
me aferro a la arena que sopla el viento,
pero en nada logro sostenerme...

Creí que siendo garrapata sobreviviría...
pero no me ha funcionado...
buscaré una nueva forma de camuflagearme,
y sobrevivir a mis depredadores.

Buscaré mi supervivencia en otros caminos,
me iré resbaladiza, una vez más...


viernes, 17 de diciembre de 2010

Una extraña gran bola envuelta en pelos.

Hacía muchos años ya,
que se había transmitido de una generación a otra,
o mejor dicho de un estómago a otro,
no importaba si era una mujer o un hombre,
si era adulto o niño.
Como un cáncer se extendió,
era "un mal de familia",
decían los vecinos...
De pronto les sorprendía,
llegaba un gran dolor en la parte superior del estómago,
luego le seguía la angustia,
como un gran miedo o coraje se instalaba en esa zona,
y si la comida quería ocupar su lugar,
aquello seguía con una náusea,
que terminaba por dejar el estómago vacío,
pero un vacío sin hambre,
un terrible vacío,
que se llenaba sólo con tristeza.
Así fue como comenzaron a dejar de comer,
luego vomitaban queriendo sacarlo todo,
a veces lograban sacar parte de los órganos internos,
pero el único descanso llegaba con su muerte...
Habían pasado casi diez generaciones
en las que les había invadido "el mal de familia",
cuando un nuevo ser llegaba a la familia,
se imploraba a dios no tuviera el mismo mal...
Finalmente se habían resignado a vivir con ello,
y morir por ello, sin saber siquiera que era...
Un día, llegó una pequeña más,
la más chica de cuatro hermanos,
tan indefensa y débil,
que cuando sus padres la vieron
no le calcularon ni un año de vida,
no sobrevivirá a la desgracia, se hicieron a la idea.
Tuvieron razón en cuanto a las posibilidades de manifestar rápido la enfermedad,
a los dos meses de vida, comenzaba a vomitar,
sin embargo,logrando cumplir diez años,
era la única en quien se habían mostrado bajar los síntomas,
con el descuido y su resignación para estar lista para morir,
había enfrentado la vida sóla y con muy pocos cuidados.
Habíasido siempre débil y sensible,
como un pajarillo cualquiera,
su presencia había sido siempre ligera,
casi innotable...
Había conseguido lo que nadie nunca en su familia,
olvidarse de aquello que le aquejaba y vivir mientras esa enfermedad no acababa con ella...
Un día, caminando por el mercado con su madre,
una gran náusea, acompañada por un mareo y una fuerte sacudida
provocó que arrojara una gran y extraña bola negra, envuelta en pelos,
que pronto desprendió un terrible olor a podrido por todo el mercado...

jueves, 2 de diciembre de 2010

Silencio

Qué habría realmente en esa casa en medio del bosque,
entre los árboles y la nieve?,
Podría existir el calor humano?
Se puede en ese aislamiento y en esa soledad sentir fuerza, vitalidad, tranquilidad y felicidad?
Parecía hacer tanto frío, parecía una pequeña luz entre tinieblas...
había una forma de llegar hasta allí...
Parecía no haber nada, pero también parecía tenerlo todo...
Podría ser el lugar perfecto donde habita el silencio...
Imaginaba gritar y gritar, seguro nadie escucharía, seguro nadie se alarmaría,
seguro nadie respondería, seguro no habría un solo par de oídos para recibir el llamado...
solo el silencio, solo la soledad, solo los pensamientos tal vez tan grandes y poderosos, dispuestos a habitar aquel enorme y vacío lugar, solo los pensamientos dispuestos a vivir allí dentro, en esa pequeña casa, sobreviviendo con el calor humano, cubriéndose de ese helado clima...